El miércoles, se levantó el telón de las últimas actas de la reunión del FOMC, lo que reveló un sorprendente nivel de división entre los miembros de la Fed con respecto a posibles aumentos de las tasas de interés para la próxima reunión programada para el 14 de junio.
Si bien la unidad y el consenso a menudo pintan el panorama dentro de estas reuniones, esta reunión en particular ha estado marcada por perspectivas contradictorias y un grado de incertidumbre. Un subconjunto de miembros expresa ahora una creciente preocupación por el riesgo de un ajuste excesivo. Estas preocupaciones se derivan del efecto rezagado inherente de las subidas de tipos, un fenómeno que podría estrangular inadvertidamente el crecimiento económico si no se gestiona con prudencia. Existe una creciente aprensión de que presionar el botón de aumento de tasas demasiado rápido podría iniciar una cadena de eventos que podrían obstaculizar la recuperación de la economía. La tensión es palpable a medida que nos acercamos a la inminente reunión de junio, y los mercados esperan con anticipación para ver cómo se desarrollará esta discordia interna dentro de la Fed en su proceso de toma de decisiones. ¿Ganarán los llamados a la cautela o tomarán las riendas las voces que abogan por una política monetaria más estricta? Solo el tiempo lo dirá, agregando otra capa de anticipación e intriga a la narrativa económica que se desarrolla.
En un panorama de puntos de vista diferentes, hubo consenso entre los funcionarios sobre un tema en particular: la necesidad apremiante de un aumento oportuno del límite de la deuda. Los funcionarios de la Fed vieron este movimiento no solo como necesario sino absolutamente crucial para garantizar la estabilidad fiscal y mantener la credibilidad de la economía de la nación. Esta unanimidad en un clima dividido destaca la gravedad de la situación, lo que refuerza la importancia de una acción rápida y decisiva para gestionar la crisis del techo de la deuda que se avecina.
Mientras tanto, parece haber un alto grado de confianza en el mercado de que se puede encontrar un acuerdo, aunque hay poca evidencia que respalde este optimismo. El mercado, como un jugador de ajedrez que piensa varios movimientos por delante, ya ha comenzado a tener en cuenta las implicaciones de lo que podría ocurrir inmediatamente después de que se finalice el trato. La anticipación es que ambas partes lleguen a un consenso pronto, quizás para el fin de semana, preparando el escenario para una votación crucial tanto en la Cámara como en el Senado la próxima semana. Sin embargo, esta no es una votación cualquiera, es una que requiere un apretón de manos bipartidista, un espectáculo raro en el mundo de la política estadounidense moderna. Siempre que el Congreso respalde el acuerdo, probablemente empujando el techo de la deuda hasta 2025, el Tesoro se enfrentará a una tarea monumental. Necesitará reabastecer rápidamente sus reservas de efectivo, lo que requerirá la emisión de una gran cantidad de letras del Tesoro. Para cuantificar, estamos hablando de la asombrosa cantidad de $ 500 mil millones que se requerirán inmediatamente después del acuerdo, expandiéndose aún más a $ 1.2 billones solo en la segunda mitad de 2023. Junto con el ajuste cuantitativo continuado, es probable que esto introduzca una importante reducción de la liquidez, siendo el impacto más evidente un aumento en los rendimientos del USD. Ya estamos viendo las ramificaciones iniciales con un fuerte aumento en los rendimientos a lo largo de la curva. Posteriormente, esta escalada ha impulsado al USD y ha ejercido una presión a la baja sobre los precios del oro.
Desde una perspectiva técnica, la última actualización del mercado destacó que varios indicadores técnicos sugerían un próximo aumento en el impulso bajista de Bitcoin, que, como se observó, se desarrolló durante la última quincena. Un punto importante de interés a tener en cuenta es que recientemente se superó el nivel de soporte de $ 26,500, lo que probablemente signifique que la atención de algunos operadores se desplazará hacia la entrada de posiciones cortas. Esto está respaldado por el hecho de que MA9 y MA100 parecen estar preparados para un cruce bajista. El MACD es otro indicador crucial que vale la pena observar. En contra de la narrativa bajista, la línea MACD parece estar lista para ascender por encima de su línea de señal, lo que sugiere un posible cambio alcista. Reflexionando sobre la ocurrencia anterior de dicho cruce, Bitcoin se disparó notablemente de $ 22,000 a más de $ 30,000.
Mientras nos encontramos al borde de decisiones potencialmente transformadoras tanto de la Reserva Federal como del Congreso, el mercado parece estar navegando hacia un mar de incertidumbre. ¿Seremos testigos de una navegación fluida a través de estas aguas turbulentas, o seremos atrapados en la tormenta de una agitación inesperada? Sólo las próximas semanas darán la respuesta.